domingo, 14 de febrero de 2010

La palabra más bella

Hace ya bastante tiempo oí una noticia peculiar: la organización de una encuesta para elegir, entre todos los internautas que quisiesen participar a tal efecto, la palabra más bella del castellano. En un idioma tan rico y de matices tan variados como el nuestro, las opciones eran numerosísimas, tantas como los gustos personales y las preferencias de cada persona que se animase a votar. Muchos defendían su elección incidiendo en el significado del término, centrándose en explicaciones etimológicas, mientras que otros apostaban por la sonoridad de la palabra, la fonética y el timbre de sus vocablos.

Dejando a un lado las encuestas, aquélla que fue elegida en su momento por muchas personas siempre ha sido el buque insignia que ha movido los hilos de mi vida, y por esa simple razón yo la considero no sólo la palabra más bella del castellano, sino además la palabra más bella que existe y que haya existido nunca, independientemente del idioma en el que se pronuncie. Por motivos obvios (una es española y defenderá su lengua materna hasta la muerte), mi elección corresponde a un término castellano, pero el valor y la profundidad que tiene para mí esa palabra no se diluye cuando se expresa en otro idioma. No es cuestión de sonoridad, ni siquiera de significado etimológico: es cuestión de sentimiento.

Hoy, 14 de febrero, día con un significado muy emotivo para algunos y una fecha meramente comercial para otros, yo me veo en la obligación de posicionarme a favor de uno de estos dos bandos. Siempre había pensado que el Día de los Enamorados, "San Valentín", era un "San Corte Inglés" encubierto. Soy de la opinión que, para demostrar tus sentimientos hacia otra persona, es insuficiente con un solo día. Esto es algo que necesita ser cultivado y mimado desde sus comienzos, día a día, como una pequeña semilla que llegará a convertirse en una hermosa pero delicada flor. No vale con plantar la semilla y esperar a que germine sola, como tampoco sirve regarla una vez al año y pretender que la flor no se marchite. Si la planta no recibe sus correspondientes cuidados, morirá.

Sin embargo, ésta es una fecha muy señalada para mí, un día a celebrar por motivos propios. Hoy se cumple el primer aniversario de un gran acontecimiento que me implica personalmente, ya que hace un año uní mi vida para siempre a la de otra persona.

Mi esposo. 

Mi mejor amigo. 

Mi compañero del alma.

Mi inspiración. 

Mi apoyo incondicional frente a todo.

Mi faro en la oscuridad.

Mi vida.

Él, simplemente por ser como es, ha dado un significado completo a la palabra más bella que existe, porque me ha hecho entender realmente lo que es el AMOR.

Te quiero, C.