jueves, 10 de noviembre de 2011

FANTASTI´CS11



Dentro del marco de las jornadas FANTASTI´CS11 sobre literatura fantástica, ciencia ficción y terror que se realizarán durante el mes de noviembre en Castellón, está previsto que el sábado 12 de noviembre se organicen en la librería Argot (C/ San Vicente, 16 12002-Castellón de la Plana) unas mesas redondas dedicadas a la literatura romántica, junto con la presentación de los libros de alguna de las autoras que van a intervenir.

A continuación os detallo el programa:


12:00h.- Mesa redonda sobre Novela Romántica Gótica y Romántica Paranormal. 
Intervendrán Jezz Burning, Amaya Felices y Roxy Varlow

-Presentación de los libros "El pozo de todas las almas", de Amaya felices, y la "Saga Licos", de Jezz Burning.

17:00h.- Mesa redonda sobre Subgéneros de la Novela Romántica y Evolución de la Novela Romántica.
Intervendrán Yolanda Quiralte, Olivia Ardey, Jezz Burning, Lucía de Vicente, Amaya Felices, Chus Nevado y Roxy Varlow.

19:00h.- Presentación de los libros "Delicias y secretos en Manhattan", de Olivia Ardey, y "Cuando pase la tormenta", de Lucía de Vicente.


Organiza la librería Argot en colaboración con ADARDE.




Estas mesas prometen ser muy interesantes, así que si pasáis por la zona, os aconsejo que no os las perdáis.

¡Nos vemos allí!

lunes, 31 de octubre de 2011

Relato para la noche de los difuntos: El desván

El desván

Era la última visita del día. Sólo una más y después podría regresar a casa, con mi familia. Pasaría el resto de la tarde sentado en mi sillón de orejas, con un buen puro entre los labios y una copita de coñac caldeándose junto al brasero mientras mis tres hijas se acurrucaban junto a mí: Marisa e Inés apoltronadas en ambos brazos de la butaca y Pilar, la más pequeña, echa un ovillo en mi regazo. Me pedirían que les narrase mil y una historias de tiempos pasados, sobre todo su preferida, la que nunca se cansaban de escuchar, que no era otra sino la historia de cómo conocí a su madre, mi amada Lucía.

Nada salió como yo me imaginaba.

Cuando llegué a la residencia del marqués de Perales, los anfitriones me recibieron de un modo en extremo efusivo. Soy un simple peluquero, pero me siento muy emocionado y quizás un poco intimidado ante el gran número de personas, pertenecientes a diferentes clases sociales, que han tenido a bien brindarme su amistad. No sé la razón por la cual la gente me tiene en tan alta estima, aunque yo siempre he intentado tratar a todos con la misma consideración, respeto y cordialidad con los que me gustaría que me retribuyesen. Al parecer, he conseguido mi propósito, y eso es algo que me llena de orgullo.

Estuve buena parte de la tarde cortando el pelo a los integrantes masculinos de la familia. Tras acabar mi trabajo, me dispuse a despedirme de ellos para volver cuanto antes a mi hogar, pero sólo obtuve una rotunda negativa por parte de ellos. Reacio a demorar el encuentro con los míos, me disculpé lo mejor que pude, pero alegaron que sería una descortesía abandonar la mansión sin haber tomado antes un refrigerio en su compañía. Las reglas de la buena educación me obligaban a no hacerles un feo desaire, así que, resignado, acepté su invitación.

Nada más pasar a la sala de estar, el marqués llamó a una de las criadas. Mi sorpresa fue mayúscula cuando apareció por la puerta una niña de no más de siete años, ataviada con un vestido de sarga marrón el doble de grande que su escuálido cuerpecito y un mandil remendado, aunque impoluto. Avanzó con paso vacilante y la mirada gacha hasta detenerse frente a mi anfitrión, y entonces esperó sus órdenes.

—Clara, vete al desván y tráenos una de las botellas de licor de endrinas que destilé el año pasado. Date prisa.


Al instante, la muchacha reaccionó como si le hubiesen clavado un puñal en el pecho. Sin levantar la vista del suelo, negó repetidas veces con la cabeza, se llevó una mano a la base de su cuello y, con voz ahogada, suplicó:

—Por favor, no quiero subir ahí...

¿Ya empezamos de nuevo? ¿Cuántas veces te tenemos que decir que no pasa nada?

Por favor... repitió. No me hagan hacerlo... —Ella había alzado la barbilla y luchaba denodadamente por no romper a llorar delante de todo el mundo.

Aquella reacción despertó mi curiosidad. Clavé la mirada en el rostro de la niña y lo que vi en sus ojos me provocó un extraño vuelco al corazón. Sus facciones estaban contraídas por el terror. Pero, ¿por qué?

—¿Qué ocurre? —me atreví a preguntar. Quizás me comporté de un modo demasiado osado, siendo como era un invitado en esa casa, pero tenía que saberlo.

—Esta niña... ya no sabemos qué hacer con ella —respondió la marquesa en tono condescendiente—. De un tiempo a esta parte, se niega a subir al desván, por mucho que le insistamos.


—Pero, ¿por algún motivo en especial? —agregué.

—¡Bah, son sólo tonterías de una mente infantil! No hay que hacerle ni caso, porque si lo hacemos, nunca superará sus miedos.

La muchacha no hacía más que mirar a unos y otros, esperando que alguien la salvase de aquello que tanto temía. No pude evitarlo. Me levanté del asiento, posé mi mano sobre su hombro y me agaché hasta quedar a su altura, sonriéndole con ternura.
—Ven conmigo, pequeña. Yo te acompañaré al desván. Eso te tranquilizaría, ¿verdad?

No muy convencida, afirmó con un leve gesto. Los marqueses se habían quedado sin palabras, extrañados porque hubiese tenido en cuenta las aprensiones absurdas de una niña asustada, pero no me detuvieron cuando le propuse a Clara que me indicase el camino hacia el desván.

Al llegar al pie de las escaleras, ella aferró mi mano con fuerza. Sus pequeños dedos intentaban abarcar, sin éxito, el contorno de mi muñeca. Aquel gesto, lejos de importarme, me tocó el alma, así que amoldé su pequeño puño en la palma de mi mano y apreté con delicadeza, para infundirle el ánimo que tanto necesitaba. Sin mediar palabra, adecué mis pasos a los suyos y comenzamos a subir los escalones.

Cuando llegamos a la entrada de la buhardilla, la niña dio un paso atrás de forma instintiva e intentó soltarse de mí. No se lo permití; al contrario, la sujeté con firmeza y le obligué a que me mirase a la cara.

—Clara, ahora que estamos solos, ¿me vas a decir qué es eso que tanto temes? ¿Qué ocurre aquí dentro?

—Yo... —La muchacha comenzó a titubear, pero le exigí una respuesta con la mirada. De sus labios surgió una vocecilla tenue y acongojada que me forzó a acercar mi rostro al suyo para poder entender algo de lo que me decía—. No quiero entrar. Ella estará ahí, como siempre. Los señores han subido muchas veces conmigo para demostrarme que son imaginaciones mías. Ellos no la ven, pero yo sí.

—¿Ella? ¿Quién es ella?

—No lo sé, aunque me da mucho miedo. Va toda vestida de negro, su piel es muy blanca y sus ojos parecen vacíos. Creo que quiere hacerme algo.

—Déjame echar un vistazo.

Incrédulo, abrí la puerta y entré. Busqué a tientas el interruptor a ambos lados del quicio hasta que lo encontré. Al accionarlo se encendió una única bombilla, situada en una de las vigas de madera, que iluminó parcialmente la estancia. Un simple vistazo a mi alrededor me confirmó lo que ya pensaba con anterioridad. Los marqueses tenían razón: los miedos de esa chica eran infundados. Allí no había más que trastos viejos y multitud de telarañas. Quizás lo que ella había creído ver no era otra cosa más que una de las sombras proyectadas por alguno de los múltiples cachivaches que había amontonados por doquier.

—Clara, puedes pasar. Aquí no hay nadie más que yo. Te lo aseguro.

En cuanto la niña atravesó el vano de la puerta, lo sentí: un frío glacial que se incrustó en mis huesos y un extraño hormigueo que me recorrió la espina dorsal. Al principio creí que aquello se debía a una corriente de aire provocada por algún cristal roto, pero esa teoría no tenía sentido: el desván carecía de ventanas y no se apreciaba ningún agujero en la estructura que conectase con el exterior. Además, cuando yo entré la temperatura de ese cuarto era normal, dadas las circunstancias; un minuto después estaba aterido de frío.

Siempre me he considerado una persona práctica, racional e incrédula. Sin embargo, en esos momentos supe con certeza que, aunque pareciera imposible, allí había alguien más. Notaba su presencia, aunque no era capaz de verla.

Clara se situó a un lado y agarró mi chaqueta, escondiendo su pequeña cabecita tras mi espalda. Los temblores que surgían de su interior traspasaban las capas de tela que nos separaban, hasta el punto de que yo mismo no supe discernir si era ella sola la que temblaba o nuestros cuerpos se convulsionaban a la par.

—Clara, ¿puedes ver a la mujer? —fue lo único que pude articular.

—Sí, señor. Está justo enfrente de nosotros.

—¿Y qué es lo que hace ahora mismo?

—Me... me está mirando fijamente.

—Clara, pregúntale quién es.

—Pero...

—Pregúntaselo.

La niña hizo lo que le ordené. Puede que todo fuese producto de mi imaginación, pero a fecha de hoy aún puedo asegurar que, tras la voz de la pequeña, pude escuchar con claridad un leve murmullo que resonó en mis oídos con la reverberación de una explosión.

—Dice... dice que es mi madre.
—¿Tu madre?

—Sí, pero eso es imposible. Mi madre murió de unas fiebres cuando yo era muy pequeña. Ni siquiera puedo recordar su rostro.

—Clara, pregúntale qué es lo que quiere de ti.

—Sólo quiere saber que estoy bien, y me comenta que, a pesar de que instantes antes de morir le prometieron unas misas en su memoria, aquello cayó en el olvido.

—Bien, dile que por eso último no tiene que preocuparse más. Clara, no debes tener miedo. No puede hacerte nada, y estoy seguro de que tampoco pretende hacerlo.
No bien había terminado de hablar, sentí que algo parecido a la estela de una persona pasaba a mi lado, rozando la mano que reposaba en el brazo de Clara. Después, nada.

—Ya se ha ido —murmuró la pequeña.

—Y creo que ya no volverá —aseveré.

Lo primero que hice cuando regresamos al salón fue hablar con mis anfitriones. Corroboraron la historia de la pequeña: su difunta madre les había servido durante muchos años, así que cuando ella falleció, se hicieron cargo de la niña. No abandoné la mansión hasta arrancarles la promesa de que ordenarían el oficio de unas misas en su memoria, e incluso yo, por mi parte, también hice lo propio.

Muchas fueron las ocasiones en las que regresé a aquella casa, no sólo por mi trabajo, sino además para visitar a la pequeña Clara. Vi cómo aquella niña apocada se convertía en una jovencita encantadora sin más miedos ni temores que los propios de su edad, y sé con seguridad que lo sucedido aquella tarde jamás volvió a repetirse, aunque el recuerdo de esa experiencia lo guardamos para siempre en nuestros corazones. Tanto la pequeña Clara como yo. 

El desván©Chus Nevado

jueves, 7 de abril de 2011

Otro extracto de el eslabón

—¿Se puede saber lo que haces? —bramó Cedric—. ¡Vuelve ahora mismo a la cama! —le ordenó.

—De ningún modo —Chloe elevó el mentón de forma desafiante—. No pienso permanecer en esta habitación a menos de dos pasos de usted, y me da igual lo que diga.

—Serás impertinente... —en dos segundos el cuerpo de Cedric se abatió sobre ella y la levantó del suelo como si fuese una pluma, llevándola de nuevo hacia el lecho—. Harás lo que yo te diga y punto.

No bien la había soltado sobre el mullido colchón cuando los pies de Chloe volvieron a tocar raudos el suelo.

—¡He dicho que no! —contestó Chloe con un mohín, cruzando los brazos en señal de insubordinación.

—Podrías sacar de sus casillas hasta al santo más paciente... —le recriminó duramente—. ¡Métete en la cama de una maldita vez!

lunes, 28 de febrero de 2011

Crónica de una presentación muy esperada: No mires atrás, de Ana R. Vivo

El 24 de febrero de 2011 fue un día esperado durante muchísimo tiempo. Tanto, que podemos hablar de años, exactamente los mismos que han pasado desde que conozco a Ana. Me refiero a Ana R. Vivo, autora de la novela No mires atrás, que ya está en librerías. Para mí, es simplemente Ana, una buena amiga que desde un principio me sorprendió en diferentes aspectos, aunque el más relevante fue su marcada vena prolífica. Tiene en su haber más de ocho novelas escritas, pero el motivo de esta entrada se centra en la presentación de su “ópera prima”. 

Sobra decir que me llenó de alegría enterarme de su publicación. Desde que leí por vez primera uno de sus manuscritos, estaba convencida de que alguien acabaría por descubrir su talento, y eso sólo ha sido cuestión de tiempo. Ya le dije hace mucho que, cuando llegase ese día, nada ni nadie me impediría acudir a la presentación de su primera novela, y como una tiene la manía de cumplir siempre sus promesas, allí que estuve, para apoyarla y alegrarme con su alegría mientras disfrutaba de ese momento mágico en el que se presentaba en sociedad a su retoño.

Llegué a Albacete casi a la una de la tarde, y allí ya estaba Ana, junto a su marido, esperándome en la estación de autobuses. Fue el principio de un día muy emocionante, porque no me reencontraba sólo con una amiga, sino con otras dos más que much@s de vosotr@s también conocéis. Más adelante sabréis a quiénes me refiero.

Aunque el rostro de Ana mostraba una aparente calma, sus ojos decían todo lo contrario: nervios, ansiedad, algún que otro miedo enfocado al resultado de esa presentación… vamos, lo normal. Lo mejor, en ese caso, sería mantenerla entretenida, para que así pudiese olvidar, al menos durante un rato, sus temores, por lo que comenzamos una charla incesante que duró todo el día (y buena parte de la noche, jejeje).

Llegó la hora de comer y ¿dónde nos fuimos? Pues al mismo lugar que serviría como escenario de dicho encuentro: a El Corte Inglés. En la puerta del centro comercial nos estaba esperando otra amiga que, además, era una de las dos maestras de ceremonia: Menchu Garcerán, autora de El viaje del presidente (editorial El Maquinista) y La fórmula deseada (ganadora del V premio Terciopelo, cuya publicación verá la luz en escasos meses bajo el sello Terciopelo).

Besos, saludos, risas… Nada más entrar, nos encontramos de frente con un cartel que anunciaba la presentación del libro. Cómo no, no podíamos irnos de allí sin fotografiarnos junto a dicho cartel, pero éramos conscientes de que está terminantemente prohibido hacer fotos allí. Sin embargo, eso no nos detuvo. Le pedimos permiso a la vigilante de la entrada y, tras explicarle que estábamos junto a la autora, ella, muy amable, hizo unas cuantas llamadas para confirmarnos el permiso (de cualquier modo, aunque no hubiésemos obtenido autorización, hubiésemos seguido haciendo la foto, jajaja).

La comida se alargó horas, pero es que no podíamos dejar de cotorrear mientras nuestros platos, abandonados, clamaban porque les hiciésemos un poco de caso. Nada más pedir los cafés, apareció la segunda maestra de ceremonias, otra amiga y magnífica escritora: Mar Carrión, autora de Bajo el cielo de Montana y Decisiones Arriesgadas (ambas de la editorial Terciopelo). 

Como comprenderéis, aquello se convirtió en una auténtica fiesta. Siempre es un placer ver a las amigas, pero también es un honor compartir charla con tan excelentes escritoras, mucho más cuando esa conversación no dejó de versar sobre el tema que tanto nos apasiona: la escritura de novela romántica. Espero que me perdonéis, pero voy a hacer un pequeño apunte, saliéndome un poco del tema principal de esta entrada, la presentación de No mires atrás de Ana R. Vivo, para contaros una impresión particular. Hubo un momento, cuando estábamos las cuatro compartiendo una animada charla en la cafetería Valor frente a nuestros respectivos cafés, zumos y demás, que me hizo especial ilusión. No sé si habréis visto una serie de TV titulada “Castle”. Bueno, pues yo, rodeada de esas tres mujeres, me sentí como el protagonista de esa serie, Rick Castle (aunque salvando las distancias y las comparaciones, por supuesto, jajaja), cuando se reúne con otros tres compañeros escritores para jugar sus partidas de póker y, entre mano y mano, se dan respectivos consejos para mejorar sus novelas. En serio, ese recuerdo lo guardaré siempre.

Se acercaba la gran hora, así que decidimos volver a El Corte Inglés para tomar posiciones: Ana, Menchu y Mar en la mesa, y yo tras mi sempiterna cámara de vídeo (y la cámara de fotos, que una abarca todo, jejeje). El salón de usos múltiples estaba vacío, pero no os engañéis: todo el mundo se estaba tomando algo en la cafetería. A los diez minutos, la sala se llenó y muchas personas tuvieron que quedarse en pie durante toda la presentación. Primer miedo de Ana, superado: aquel lleno absoluto fue un éxito total.

Y empezó la presentación. Víctor, el responsable de relaciones públicas de El Corte Inglés, dijo unas palabras para presentar a la autora. Acto seguido, le pasó el relevo a Menchu Garcerán. Fue ella quien rompió el hielo, arrancándose a contar cómo se conocieron gracias a un foro de novela romántica y a su amor por la escritura. Menchu, literalmente, se emocionó, pero se emocionó tanto que tuvo que pasarle el micro a Mar a fin de evitar las temidas lágrimas, no sin antes comentar la publicación accidentada de No mires atrás, a causa de los retrasos que sufrió, así como la próxima publicación de la segunda novela de Ana, El hombre solitario. 

Mar Carrión comenzó su speech centrándose en el resumen del libro. Pero lo hizo de un modo especial, porque se curró una presentación realizada con una combinación de varias reseñas, recopiladas por diferentes webs, todas ellas muy positivas. Después formuló a Ana diferentes preguntas, tales como las razones que la llevaron a escribir novela romántica, novela de suspense y una ambientación centrada en EEUU, así como el origen de su inspiración, el porqué de su gusto por dotar a sus libros de una continua tensión sexual…

Menchu Garcerán se centró en las cuestiones relativas a la documentación, el proceso a seguir para no dejar ningún hilo suelto en una novela de suspense como ésta, el origen de su amor por la novela romántica, las manías que puedan llegar a darse cuando la autora se enfrenta al reto de la escritura, si un escritor nace o se hace, qué es lo que más le cuesta plasmar en papel…

Ambas moderadoras combinaron a la perfección las preguntas realizadas, abarcando todos los temas que a cualquier lector nos hubiese gustado formular. Siempre con una sonrisa de oreja a oreja y un cierto deje de orgullo y emoción, por ser ellas las encargadas de presentar el primer libro publicado no sólo de una autora, sino además una buena amiga, llevaron el hilo de toda la conversación de una forma magistral. 

Ana respondió a todas esas preguntas de un modo impecable, aunque hay que reconocer que estaba muy seria, sobre todo al principio. En la presentación nos contó muchas cosas sobre ella y su libro, tantas que estoy segura de que me olvidaré mencionar alguna. Las novelas de la autora no se centran únicamente en el género de suspense -aunque es con éste con el que se siente más cómoda-, sino que además es capaz de atreverse con histórica, paranormal, aventuras… eso sí, prefiere que estén ambientadas fuera de España, ya que de esta forma tiene más libertad de movimientos a la hora de permitirse ciertas licencias. Sin embargo, aquí debo hacer un apunte, dado que una de las primeras novelas de Ana transcurre en España y, para más inri, es histórica. Vamos, que la autora se atreve con todo.

Explicó que le gustan que ambos protagonistas posean un carácter fuerte, y ése es precisamente el truco para lograr el equilibrio, sobre todo en esta novela. Diana, la protagonista femenina de No mires atrás, posee un carácter complicado debido a sus circunstancias particulares, así que la fórmula que tuvo la autora para que no se “comiese” a su partenaire masculino consistía en un tira y afloja que se adaptaba a cada escena. Si ella elevaba la voz, Hugh lo hacía más, pero si por el contrario Diana se tranquilizaba, él se ponía a su altura. Todo esto, aderezado con una fuerte tensión sexual que se manifiesta desde el mismo momento en el que se conocen, consigue dotar al argumento de una consistencia muy atrayente y adictiva para el lector.

Nos confesó que su primer contacto con la novela romántica lo tuvo a la tierna edad de trece años, momento en el que cayó en sus manos un libro de Barbara Cartland, cuando iba a intercambiar libros de su madre –mayoritariamente del oeste y novela negra- a una librería de Albacete. Ése fue, para ella, el principio de todo. Cuando se dio cuenta de que su imaginación iba más allá de lo que leía, que podía inventarse un argumento y que el desenlace fuese tal y como ella quería, comenzó a escribir para sus amigas. Palabras textuales de Ana, “quizás yo inventé la idea de los foros tal y como funcionan ahora, donde algunas autoras cuelgan sus historias por fascículos”, ya que escribía las escenas en las clases de Historia o Religión y después, en el recreo, se las leía a sus amigas. Hasta que la pillaron y le quitaron la libreta. Una verdadera pena… ahora que caigo, se me olvidó preguntar a Ana: ¿pudiste recuperar tus escritos o las monjas se los leyeron y después los quemaron, jajajaja?

Ana nos contó que su proceso de documentación es como el de muchas otras autoras, a base de internet. Sin embargo, cuando aún no se estilaba este método, ella hizo buen uso de las enciclopedias (imaginaos desde hace cuanto tiempo lleva escribiendo…). No sigue un orden lógico para escribir, no confecciona ningún esquema previo –algo que pondría los pelos de punta a muchos profesores de escritura creativa-, sino que la historia surge día a día en su cabeza, hasta tal punto que puede llegar a tener escrita más de la mitad de una novela y aún no saber quién va a ser “el malo”. Eso sí, desde el principio se crea un archivo llamado “mis cosicas”, que le sirve para recordar los diferentes temas que va dejando pendientes en un argumento y así, al final, resolverlos todos y no dejarse ningún cabo suelto. Comienza con la invención de un título, después busca una localización y acto seguido comienza a desarrollar a los personajes. Lo que viene después, no lo sabe ni ella hasta que llega el momento de escribirlo. Eso sí, nos confesó que lo que más le cuesta escribir, con diferencia, es el prólogo y el epílogo.

Una anécdota graciosa de la autora es que ella, para escribir, necesita mucho ruido y jaleo a su alrededor –nunca podrá darle suficientes gracias a la existencia del fútbol, jajaja-. Además, sus mejores momentos de creatividad transcurren cuando está fregando los platos, aunque ahora, con la existencia del lavavajillas, tendrá que buscarse otra ocupación “generadora de creatividad”. Menchu le sugirió la plancha. ¿Será ésa su particular fórmula deseada, jejejeje?

Respecto a la pregunta de si un escritor nace o se hace, ella afirmó, categórica, que nace. De hecho, se calificó a sí misma como una “cuentista”, y extendió ese apelativo a la generalidad de autores. La imaginación no es algo que se pueda aprender, se tiene o no se tiene, aunque el estilo sí que se puede educar.

Por último, recalcó que el título No mires atrás no es un título sin más. Tiene su significado en el argumento de la novela, porque es lo que le aconsejan que haga a la protagonista, pero más importante que esto, es que tiene una gran importancia en la vida real de Ana. De hecho, es su máxima: “nunca hay que mirar atrás”. Y ella nunca mira atrás. 

Segunda prueba de Ana: superada. Ella tenía miedo a quedarse en blanco, a contestar de modo muy sucinto a cada pregunta que le formulasen, pero la verdad es que la presentación se desarrolló en forma de una conversación muy fluida. Vamos, como lo que era: una charla entre amigas.

Hubo algunas preguntas por parte del público, aunque más que preguntas fueron comentarios muy positivos sobre la novela y, después, llegó el momento de la firma de libros. Yo creo que, aún hoy, a Ana le tiene que estar doliendo la muñeca de firmar tantos ejemplares. Se me olvidó hacer una foto de cómo quedó la torre de libros expuestos por El Corte Inglés después de la presentación, pero os puedo asegurar que bajó de un modo considerable. Y mientras la autora estampaba su rúbrica, nosotras tuvimos un ratito más para conversar, sobre todo con Moruena Estríngana, autora de El círculo perfecto (editorial Ambar), que tampoco se quiso perder la presentación de Ana.

Como veréis, la presentación fue todo un éxito, y los miedos previos de la autora, completamente infundados. En realidad, se ha convertido en un momento muy emotivo para atesorar y recordar en el futuro, tanto por parte de Ana como por todos los que estuvimos allí disfrutando de ese día. Y para que nunca que se olvide (aunque sé que esto no va a suceder), me traje de Albacete una prueba gráfica más, aparte del vídeo y las fotos. Me refiero a un ejemplar del periódico “La tribuna de Albacete” del día 25 de febrero de 2011, donde hacen mención a la presentación que tuvo lugar el día anterior.
Por mi parte, no me queda más que agradecer a Ana la acogida que me dispensó en todo momento, desde el hecho de haberme dado asilo político en su casa hasta los momentos tan gratos que pasé en su compañía y en la de Menchu y Mar. Muchas gracias a las tres, petardillas mías. También querría darle las gracias a Luis, el marido de Ana, porque es todo un caballero, y a Isa, la hija de Ana, que me ha facilitado todas las fotos que realizó para poder elaborar, como se merece, la crónica visual que a continuación podréis ver en forma de vídeo. Por último, también me llevo el recuerdo de Suka, Kira y Tara, sus mascotas. Nada ni nadie me han lamido con tanto énfasis los pies descalzos, ni me han provocado unas cosquillas tan divertidas. 

Gracias a tod@s.


lunes, 14 de febrero de 2011

I encuentro RA


El sábado pasado, día 12 de febrero de 2011, tuvo lugar en San Sebastián de los Reyes (Madrid) el I encuentro RA, al que tuve el placer y el honor de asistir.

No voy a publicar aquí ninguna crónica, de eso ya se han encargado varias personas en sus respectivos blogs, tales como las escritoras Noelia Amarillo y Yolanda Quiralte (por lo que he visto hasta ahora, aunque eso no quita para que, a lo largo de los días, vayan apareciendo por la red más impresiones particulares de otros asistentes).

Yo, simplemente, voy a aportar mi pequeño granito de arena con un somero resumen visual, para que así podáis ponerle caras a la gran mayoría del elenco de autoras españolas que tuvieron a bien asistir, así como a muchas lectoras anónimas que, como yo, adoran ese gran género que es la novela romántica (por mucho que algunos intenten vilipendiarlo y clasificarlo como lectura de clase B).

Sólo decir que fue un verdadero éxito, tanto de asistencia como de contenido, que no hubiese sido posible sin la increíble organización de Merche Pacheco, una gran escritora y mejor persona. Desde aquí, Merche, GRACIAS POR TODO.

Un último apunte más: ¡EL AÑO QUE VIENE HAY QUE REPETIRLO, Y SI SON DOS DÍAS, MUCHO MEJOR!

lunes, 31 de enero de 2011

Otro adelanto de el eslabón

Como voy "viento en popa" con la corrección de mi manuscrito, he decidido mostraros otro adelanto. Veamos qué os parece...

—Ven aquí, Chloe.

—¿Qué… qué pretende? —Le miró con aprensión.

—¿Es que no me has oído? He dicho que vengas.

Chloe se acercó hasta él con reservas. Cuando estaba a dos pies de distancia de la butaca, se detuvo.

—Más cerca. 

La joven caminó un paso hacia él. Sólo uno.

—Más cerca.

—Pero… —Si daba otro paso más, se metería entre sus piernas.

—Aquí. —Efectivamente, el hombre le indicó con la mano ese lugar.

viernes, 28 de enero de 2011

Nace un valiente héroe


Rebuscando entre unos papeles, acabo de encontrar esto, que escribí en mi adolescencia para un trabajo en el instituto, y he decidido compartirlo con tod@s vosotr@s. Lo he transcrito al pie de la letra, así que perdonad los innumerables errores que contiene. Espero que os guste.


Cuando llegué, la plaza estaba abarrotada de gente, y un tumulto de niños ensordecía con sus gritos el lugar. Intenté abrirme camino inútilmente. Nadie dejaba pasar a nadie hasta que, de improvisto, la plaza se quedó por completo en silencio. ¿A causa de qué? Hombres de buen linaje, comerciantes, amas acompañadas de sus dueñas dirigían su vista hacia el centro del foro. Al fin conseguí averiguar el motivo del silencio. Un par de juglares vestidos con rocambolescos ropajes surgieron entre puestos de naranjas, cerámicas y animales. Iban tocando unas extrañas flautas que provocaban una curiosa melodía.

Cuando finalizaron el pequeño recital comenzaron a hablar, primero uno y después el otro:

Amigos y señores,
amas, gentiles y caballeros,
espero que os agrade
esto que a continuación les cuento.

El relato que al momento
os vamos a contar
necesita de vuestro silencio,
un silencio sepulcral.

En ese momento uno de los dos juglares dejó de hablar y dirigió su mirada hacia un hombre que no parecía prestarle mucha atención y que, por el contrario, no dejaba de discutir sobre el precio de unas frutas con una verdulera. Así que, sin más dilación, el otro juglar tomó la palabra y le contestó:

A vos os recomiendo
que escuchéis con atención,
pues la historia que os cuento
es realidad, no ficción.

Después de lo dicho el juglar hizo un breve descanso y, al unísono, comenzaron de nuevo los dos juglares a relatar la historia:

1. No ha de esto mucho tiempo
2. y en tierras de aquí lejanas
3. existía un gran reino,
4. muy grande donde los haya.

5. En una parte del reino
6. un gran duque gobernaba,
7. con sus vasallos no era severo
8. y a nadie maltrataba.

9. Pero en todo bueno hay malo
10. como vos podréis saber,
11. y hallar podréis un malvado
12. si el trigo vais a remover.

13. Ese villano, servidor del duque,
14. con su título se aprovechaba
15. de los pobres ciudadanos
16. que en la villa habitaban.

17. Excesivos eran los tributos
18. que a los aldeanos hacía pagar,
19. y a quien no le diese un saco
20. su castigo debería ganar.

21. Entre estos desafortunados
22. una familia habitaba.
23. El cabeza era la madre
24. y a los demás alimentaba.

25. De su humilde desposorio
26. con un pobre campesino
27. había surgido fruto:
28. bella niña y saludable hijo.

29. El campesino había muerto
30. y sola dejó a su esposa
31. a cargo de un pequeño huerto
32. y unas tierras provechosas.

33. Al poco de fallecer
34. y habiéndose enterado,
35. el villano optó por aparecer
36. y agenciarse lo quedado.

37. El hijo, con una valentía
38. de la que hace desfallecer,
39. se opuso a su tiranía
40. y se enfrentó contra él.

41. Mas con la ventaja en personal
42. y con armas en su mano,
43. en menos que coser y cantar
44. hizo al villano haber ganado.

45. El joven, enfurecido,
46. lleno de ira y enrabietado,
47. desenvainó una espada
48. y arremetió contra el villano.

49. La cara quedó cortada,
50. marcado el malvado villano,
51. y la sangre a borbotones
52. salía sin más reparo.

53. El joven decidido
54. por la ventana logró huir,
55. ya que con el gran revuelo armado
56. nadie le pudo seguir.

57. Ricardo se llamaba
58. el valiente luchador,
59. y oculto entre las matas
60. pudo seguir la función.

61. Apresadas fueron
62. su madre y su hermana,
63. y sin más dilamiento
64. a la mazmorra encarceladas.

65. Latigazos, crueldades
66. y continuos maltratos
67. tuvieron que soportar
68. aguantando fuerte el daño.

69. Entonces el buen Ricardo
70. juró una gran verdad:
71. “se haría una venganza
72. Y el villano lo habría de pagar”.

73. Su honra y su honor
74. fueron pisoteados
75. por el cruel trato
76. que a los de su sangre habían dado.

77. Fue de casa en casa,
78. mas ninguno su puerta abría
79. por temor a la venganza
80. que el tirano les haría.

81. Al no adquirir en su propia tierra
82. no poca, sino ninguna ayuda,
83. acudió a las lindantes
84. a planear la venganza futura.

85. Deambuló por todo el reino
86. aprendiendo y escuchando,
87. en la lucha se hizo un genio
88. y temido era su brazo.

En ese preciso instante los juglares se quedaron mudos. Hicieron una pausa para tomar un poco de aliento y, mientras tanto, la gente los miraba reclamando en sus miradas una continuación. Se notaba en el ambiente una espera impaciente que no duró un segundo más, ya que los juglares respiraron hondo y prosiguieron con su recital:

89. Consiguió reunir cien hombres
90. aptos todos para luchar,
91. y dirigiéndose a la aldea
92. al tirano fue a buscar.

93. Cuando lo tuvo frente a sí
94. le retó a su rival
95. a un duelo a muerte
96. sin ayuda con más puñal.

97. El vil tirano, lleno de rabia,
98. aniquilarle quería ya
99. por la ofensa en su mejilla
100. y ya no podía esperar más.

101. Ricardo pidió un duelo limpio,
102. sin trampas ni cartón,
103. pero lo que no sabía
104. era que no se cumplió.

105. Fue atacado por la espalda
106. más hábilmente le rechazó
107. y con su diestra espada
108. a todo él atravesó.

109. Dirigiendo su mirada
110. al que con él sucio jugó,
111. comenzó la batalla
112. ya sin más dilación.

113. El combate fue muy duro,
114. mucho tiempo duró,
115. los dos eran expertos
116. y ninguno perdía la atención.

117. Mas en una sublime maniobra
118. del gentil Ricardo,
119. logró desembarazarle de su espada
120. al temible contrario.

121. Lentamente su espada se acercaba
122. al pecho del perdedor
123. y como si de un cordero se tratase
124. le atravesó el corazón.

125. Derrocó al gran tirano
126. de su crueldad para con la villa,
127. y su madre y la niña
128. libres fueron salidas.

129. Ricardo recuperó su honra
130. al vencer al gran traidor,
131. y la plebe entusiasmada
132. le proclamó nuevo señor.

133. Raudo, se dirigió al gran castillo
134. y sin demora pidió
135. una entrevista con el duque
136. para informarle de la situación.

137. El joven fue escuchado
138. por el gran noble y señor,
139. y para su gracia fue convertido
140. en su vasallo y servidor.

141. Ricardo no cabía en sí de gozo
142. al volver a su población,
143. pues toda la villa le quería
144. y le agradecía su salvación.

Por fin el relato concluyó. Los juglares, complacidos por los aplausos, ejecutaron dos maravillosas reverencias y se dirigieron al público:

Gracias a sus mercedes
por la atención prestada,
y si su alma es generosa
sabrán apreciar la historia contada.

Hicieron aparecer un plato y comenzó a circular de mano en mano. La gente era muy generosa y al poco tiempo el plato se llenó. Poco a poco la gente comenzó a desaparecer y los juglares se quedaron solos en medio de la plaza. Se veía la felicidad en sus rostros. Yo me acerqué presurosa y deposité una onza de oro en su plato, al tiempo que decía:

-Soberbia. Una historia genial.

Los juglares sonrieron ampliamente y, sin mediar palabra, desaparecieron tan rápido como habían aparecido. Abandonaron la villa y, mientras se alejaban, iban murmurando:

-Hemos hecho el día. Ha sido estupendo el público con el que hemos contado hoy.

Los juglares son así, un día aquí y otro día allá, narrando donde quieran que vayan sus interesantes historias, recibiendo a cambio unas cuantas monedas y muchos aplausos. No pueden esperar más de la vida. 

Nace un valiente héroe©ChusNevado

miércoles, 26 de enero de 2011

Recursos literarios: hipérbaton



Ayer, mientras brujuleaba por el facebook, unas amigas y yo comenzamos a echarnos unas risas (bueno, en realidad estuvimos a carcajada limpia) mientras hablábamos de los diferentes recursos y figuras literarias que existen (y las palabrotas que tienen por nombre). Al final, como no existe reto capaz de amilanarnos, propusimos poner un ejemplo de cada uno de esos términos en nuestros respectivos blogs. Yo me pedí el hipérbaton, y esto es lo que me ha salido (lo siento, soy incapaz de escribir una tmesis, pero el resto de tipos de hipérbaton están todos incluidos aquí).


Que me dejases nunca pensé,

que me olvidaras mi mente negaba.

Sufre mi corazón,

llora mi alma.

Por tu ausencia muero y de latir mi pecho para.

Lejano está el día, pero de tu regreso tengo la esperanza,

porque sin ti no hay vida, no hay vida ni hay nada.

lunes, 17 de enero de 2011

Un pequeño adelanto de "El eslabón del tiempo©"

Sin más preámbulos, Davie se agarró a la silla y, de un solo movimiento, montó detrás de ella. Tomó las riendas con una mano, sujetó la cintura de la joven con la otra y acercó su rostro al oído de Chloe al tiempo que murmuraba:

—Poned vuestras manos sobre la mía y observad el movimiento que hago con las piernas. 

Chloe así lo hizo. La mano que sujetaba con firmeza las riendas de la cabalgadura era grande y cálida, pero cuando ella tocó su piel, sintió una extraña turbación.

jueves, 13 de enero de 2011

La luz de mi existencia


La conocí una tarde gris, lluviosa y anodina del mes de marzo. Entré con prisas porque ese día llegaba tarde a clase, pero al instante mis pasos se detuvieron bruscamente al sentir su presencia, que llenaba toda la estancia. Un simple vistazo al aula me bastó para ubicarla, aunque la sala estaba atestada de gente. La encontré sentada en la última fila, con su rostro medio oculto por una gloriosa melena de ondulados mechones trigueños que acariciaban con sutileza sus pómulos esculpidos en alabastro. Tenía la cabeza ladeada, la mirada perdida en un punto indefinido de la clase, pero cuando sintió que me acercaba decidido hacia ella, elevó la vista de modo desafiante y mi corazón latió desbocado.

Escuchar el timbre melodioso de su voz me llevó varios días de arduo esfuerzo; que confiase en mí tanto como para establecer contacto físico, fue una tarea titánica y agotadora. Su extrema timidez y la amargura que destilaba su bello rostro casi me hicieron desistir en mi objetivo, pero algo más profundo que no supe descifrar fue el incentivo que me impulsó a no cejar en mi empeño, a ahondar en su interior y descubrir los secretos que con tanto ahínco ella pretendía ocultar.

Dos semanas después de conocerla, cuando permitió que mis manos se posasen sobre las suyas, mi mundo se puso patas arriba. La piel blanca y sedosa de sus delicados dedos fue para mí como un bálsamo refrescante. Intenté enseñarla poco a poco, armándome de una paciencia infinita. Sentí que una corriente eléctrica me atravesaba todo el cuerpo cuando al fin se relajó bajo mi contacto y dejó que la guiase, abandonada sin condiciones a mis avances: rindiéndose a mí.

Desconozco cómo, cuándo y por qué ella descubrió que se había enamorado de mí, al igual que yo de ella, pero todos los días le doy las gracias a Dios por ese milagro. El mismo milagro que se me presenta cada vez que unimos nuestras manos y moldeamos juntos la arcilla, como si fuésemos un único ser, hasta lograr crear en el torno una sublime pieza de alfarería. Y sobre todo doy infinitas gracias por el milagro que se ha obrado en ella y ella ha obrado en mí. Se aviva mi alma cada vez que la miro a los ojos y descubro que su mirada, aunque perdida en las profundidades de su ceguera, ya no está vacía y sus heridas han sanado, porque veo reflejada en sus pálidas pupilas la felicidad que ha renacido en ella y todo el amor que me demuestra con sus manos, con su boca, con su corazón.

Desde el momento en el que Lucía me aceptó, yo he sido para ella sus ojos, su guía en el camino, su linterna en la oscuridad. Pero ella… ella es el auténtico faro, porque se ha convertido sin remedio en la luz de mi existencia.

La luz de mi existencia©ChusNevado

miércoles, 12 de enero de 2011

Mi primer aniversario bloggero


Hoy se cumple un año desde que este rinconcito salió por primera vez a la luz en el mundo internauta. 365 días, 2500 visitas (sí, justo esa cifra; me he sorprendido yo misma cuando lo he visto) pero, sobre todo, muchas nuevas amistades, que son las que le han dado vida a este blog. Sin vosotr@s, lectores y amig@s, este sitio no sería nada, por lo que no puedo deciros otra cosa más que GRACIAS, GRACIAS Y MIL GRACIAS. Sólo espero que ésta sea la primera de muchas celebraciones, y que las podamos disfrutar tod@s junt@s. 

¡Y ahora, aunque suene cursi, voy a pedir un deseo y a soplar la vela!

viernes, 7 de enero de 2011

MEME: Lo mejor de 2010

Antes de nada, quiero agradecer a Noelia Amarillo y a Violeta Lago por haberme nominado para este juego, que consiste en un “decálogo” de preguntas con cuyas respuestas, podréis saber un poco mi opinión sobre la novela romántica que he leído a lo largo del 2010.

1.- ¿Cuál fue el mejor libro que leíste en el año 2010?
Difícil, difícil… aunque me voy a decantar por uno de los últimos que leí en el 2010: Luna comanche, de Catherine Anderson.

2.- ¿Cuál fue la mejor trilogía o serie o saga que leíste en el año 2010?
Veamos… si soy purista, durante el 2010 no me he leído una saga al completo, sino muchos libros pertenecientes a diferentes sagas. De los mejores, puedo decir que los libros de la hermandad de la daga negra, de J.R. Ward, aunque en el 2010 sólo pasó por mis manos “Amante consagrado” ya que los demás me los había leído con anterioridad. También podría citar la saga “Texas” de Lisa Kleypas, pero también estaría faltando a la verdad porque en el 2010 sólo me leí “Mi nombre es Liberty”, y “El diablo tiene ojos azules” ha sido mi primera lectura del 2011 (tengo pendiente por leer “Buenas vibraciones”). Estas son las dos sagas que más me han gustado, pero si sólo me puedo quedar con una, diré que los libros de la hermandad.

3.- ¿Cuál fue el personaje del que te enamoraste al leerlo este año 2010?
No he podido enamorarme de ninguno ya que mi corazón pertenece desde hace muchos años a Ramsay “el Negro” Douglas, protagonista del libro “Condena de amor”, de Virginia Henley. Este libro pasa por mis manos cada cierto tiempo, su relectura es algo sagrado para mí. Cómo no, en el 2010 volví a leérmelo, y me cautivó tanto o más que la primera vez (y que la segunda, tercera, cuarta…). Ese Ram… ñam, ñam, ñam.

4.- De todos los libros que te leíste este año, ¿cuál te pareció mejor autor/escritor y por qué?
Esta pregunta me pone en un brete… pero le pese a quien le pese, voy a ser sincera. Aun a riesgo de que se me tache de favoritismo “por amistad”, tengo que reconocer que, para mí, la mejor escritora que he leído este año ha sido a Mar Carrión. Y lo digo por su trayectoria y por la madurez que ha adquirido desde su primera novela a la segunda publicada, “Decisiones arriesgadas”. Dicen que “la experiencia es un grado”, y ella ha superado ese examen “cum laude”, aunque creo que lo que hemos vislumbrado este año es sólo la punta del iceberg para lo que esta autora nos puede llegar a ofrecer en el futuro.

5.- ¿Personaje protagonista o secundario que te encantó al leerlo este año?
Hay un personaje secundario que me ha gustado muchísimo de los dos libros en los que aparece y me he leído. Se trata de Churchill Travis, el “patriarca” en “Mi nombre es Liberty” y “El diablo tiene ojos azules”, de Lisa Kleypas.

6.- La mejor película basada en un libro que hayas visto este año y ¿de qué libro es?
Aquí tengo una duda bastante trascendental. La película “Cartas a Julieta” me encantó, pero he estado investigando y, aunque en algunos sitios dicen que está basada en el libro “Letters to Juliet”, de Lise y Ceil Friedman, creo que el argumento de la película no tiene mucho que ver con la trama del libro, más allá de las cartas a Julieta. Por lo tanto, también daré mi segunda opción, que es “Más allá del tiempo”, basada en el libro “La mujer del viajero en el tiempo”, de Audrey Niffenegger. El libro no me lo he leído, pero la película me gustó mucho.

7.- ¿10 libros que te encantaron, amaste y recomendarías, que leíste este año 2010?
Advierto que no están ordenados por preferencias, sino que he empezado a mirar mi biblioteca y, a medida que veía uno que me había gustado mucho, lo iba apuntando. Eso sí, veréis que casi todas son autoras españolas, pero es que este género está en alza (y que siga así durante muchos años).

-Luna comanche, de Catherine Anderson
-El carcelero de Ysbililla, de Arlette Geneve
-Entre sueños, de Angeles Ibirika
-Decisiones arriesgadas, de Mar Carrión
-Luna de Tor, de Mariam Agudo
-Amaneceres cautivos, de Nieves Hidalgo
-Mi nombre es Liberty, de Lisa Kleypas
-El viaje del presidente, de Menchu Garcerán
-Falsas apariencias, de Noelia Amarillo
-Dama de tréboles, de Olivia Ardey

8.- ¿El o los libros que te sorprendieron este año, que no esperabas mucho de ellos pero resultaron buenos?
Falsas apariencias, de Noelia Amarillo. No es que fuese predispuesta con la idea de que ese libro pudiese ser malo ni nada parecido (de hecho, había leído muy buenas críticas sobre él), sino que a mí, particularmente, nunca me ha llamado demasiado la atención la novela erótica, y por esta razón estaba aplazando su lectura. Sin embargo, a medida que lo iba leyendo, la sorpresa no fue grata, sino más que satisfactoria. Eché por tierra mis tabúes, descubrí que una novela erótica bien puede contener una mejor historia de amor, y además encontré un libro que, aunque está narrado en un lenguaje coloquial (algo de lo que huyo como la peste), ha conseguido vencer mis reticencias y hacerme olvidar mis exigencias al respecto mientras estaba inmersa en su lectura. Cuando terminé el libro y lo cerré, lo hice con una sonrisa de oreja a oreja.

9.- ¿El peor libro que has leído este año y que no recomendarías a nadie?
Yo siempre he dicho que para gustos, los colores. Puedo llegar a recomendar un libro basándome en lo que me gusta, pero me siento incapaz de hacer lo contrario porque, si doy una mala opinión, podría estar negándole una buena lectura de un libro a alguien que sí le gustaría.

10.- ¿Cuál fue el mejor momento de lectura de este año?
Mientras leía “Amaneceres cautivos”, de Nieves Hidalgo. Y la razón: la temática del libro. Aunque soy madrileña de nacimiento, en mi corazón me siento segoviana de pura cepa, ya que todos mis ancestros así lo fueron. Por lo tanto, he “mamado” desde pequeña la historia de los comuneros, con la que me siento muy identificada. La autora no sólo ha sabido plasmar en su libro una bonita historia de amor sino que, además, ha entretejido un argumento cuyo rigor histórico era incuestionable. Por primera vez en mi vida he leído un libro histórico, con una trama bastante veraz muy, muy cercana a nuestra propia historia y, para más inri, de temática romántica. Chapeau.

Y ahora que he superado el peor trago, el de “desnudar mi alma”, ha llegado el momento de las nominaciones…

Están nominadas: